Una vez desarrollados los beneficios psicológicos básicos que nos proporciona el deporte de la equitación, entre los que destaca, el desarrollo del sentido de responsabilidad, atender y comprender las necesidades de los demás, expresar sus sentimientos, desarrollo de la seguridad en sí mismo y de las relaciones con los demás (más sociabilidad y empatía), llega el gran momento: la competición.
Ya en la misma escuela, Open Sports Club, una vez asumidos los contenidos básicos (en general a partir del Galope 2 del Programa de Formación de Jinetes), que permite analizar las preferencias de los alumnos en alguna de las disciplinas olímpicas (doma clásica y salto de obstáculos), se inicia la preparación para la competición, primero a nivel interno y luego a nivel externo.
Esta primera etapa comienza con la competición interna sólo para alumnos de la escuela. Se practica la modalidad llamada Equithlón, que consiste en una prueba combinada de doma clásica y salto, donde los alumnos compiten en las dos disciplinas, distribuidos en función de su nivel técnico y de la categoría del poni (A, B, C o D). Primero realizan la prueba de doma y, sin interrupción, siguen para realizar un recorrido de salto. Ello conlleva que los niños no se especialicen demasiado pronto en una disciplina, lo que desembocaría en una falta importante de base de equitación que dificultaría, “a posteriori”, su desarrollo técnico.
Después de un tiempo practicando esta disciplina, en función de sus preferencias y de la opinión técnica de su entrenador, los niños empiezan a prepararse para la competición en una de las dos modalidades. Los más pequeños siguen formando parte todavía de la escuela, pero se preparan para el gran salto: competir con otros jinetes primero de la misma autonomía y después con otros jinetes de otros lugares de España. Nos referimos a la competición territorial y nacional de ponis, pruebas nacionales especiales (Poni Club de España, Trofeo Infanta Elena) y la culminación de este sueño: El Campeonato y Copa de España, donde se van a medir los mejores jinetes-poni de todo el Estado, tanto a nivel individual como por equipos.
Nos encontramos en un momento decisivo en el desarrollo psicológico del niño/a. Está claro que los niños que compiten aprenden a afrontar riesgos. Aprenden a competir para el resto de sus vidas, sabiendo que no deben paralizarse ante los retos. La competición enseña a aceptar las reglas, valorar el compañerismo, integrarse y asumir responsabilidades. Disminuye la tendencia a desarrollar actitudes agresivas y estimula el rendimiento académico. Competir nos incentiva a ser mejores, a conseguir objetivos ambiciosos, nos hace exigirnos más y puede hacer que nuestro rendimiento mejore. Competir consiste en desarrollar el propio talento. No consiste en ganar a otros sino en ganarse a sí mismo.
Open Sports Club es muy consciente de que el deporte de competición en niños pequeños también puede comportar un aumento de estrés, que se debe controlar muy bien para que no se convierta en algo negativo. El niño, en todo momento, aprende “jugando” y disfrutando de lo que hace para que se sienta motivado para seguir adelante. Primero se construyen los pilares y sobre éstos se va edificando y cautivando al joven deportista.
Y cuando el trabajo es bueno, se recogen los frutos. Esto ha sucedido este último fin de semana en el Campeonato de Catalunya de Ponis. Open Sports Club ha participado con 34 niños/as en la disciplina de salto y 6 niños/as en la disciplina de doma clásica, obteniendo unos magníficos resultados: 8 medallas de oro, 5 de plata, 2 de bronce a título individual, 1 medalla de oro, 1 medalla de plata y 1 medalla de bronce por Equipos, entre casi doscientos participantes. Está claro que el camino iniciado es el adecuado.